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Dr. Julio Ramos - Médico Veterinario
julrogelio@hotmail.com |
Todo
plantel educativo cuenta con un gran abanico de actividades extracurriculares
de las cuales los estudiantes pueden ser partícipes, como lo son: las bandas de
música, conjuntos típicos, equipos de diferentes disciplinas deportivas, clubes
de ciencia, artes escénicas, sólo por mencionar algunos. Estas actividades le
ayudan al alumno a comprender, valorar y enfrentarse a diversas situaciones de
la vida diaria, además de contribuir al desarrollo personal a través de la
expresión de sus emociones, su creatividad y sus capacidades físicas.
Conociendo la importancia de estas actividades en la formación integral del
estudiante deberíamos entonces preguntarnos: ¿qué hacen las escuelas para
motivar al estudiante a que forme parte de estas actividades? ¿Cómo contribuye
el cuerpo educativo a que los estudiantes, una vez dentro, no abandonen estas
actividades?
Si
vamos a la realidad diaria de nuestras aulas nos encontramos con que sólo se
premia al estudiante que lo único que hace es estudiar y por consiguiente obtiene
notas casi siempre satisfactorias; sin embargo, el estudiante que no sólo
estudia sino que además es el solista de algún instrumento en la banda de música,
o el capitán del equipo de fútbol o el protagonistas en las obras de teatro
escolar, pero que sus calificaciones no son perfectas, los educadores tienden a
criticarlo, y constantemente comparándolo con los “mejores estudiantes” del
aula quienes lo único que hacen es dedicarse al estudio. Muchas veces, estos
talentosos estudiantes deben dejar de asistir a clases en momentos que deben
representar a la escuela en concursos nacionales e internacionales, y cuando
regresan al aula los profesores no hacen más que castigar su
“irresponsabilidad” por no asistir el día en que tenía un examen repercutiendo
esto en sus calificaciones de estos estudiantes.
Y
es que la mentalidad del educador pareciera estar enfocada en la búsqueda de la
“excelencia académica” pasando por alto el desarrollo integral del estudiante;
esto conlleva a que el estudiante prefiera no participar en ninguna de estas
actividades extracurriculares para así no entrar en conflicto con ningún
educador. Grave error.
¿Qué es una actividad extracurricular?
Holland
y André (1987) lo definen como programas que cumplen con dos condiciones
básicas: 1). No son parte de la escuela regular ni del programa curricular, y
2). Están estructuradas de alguna manera (no solo socializando, sino trabajando
en cumplir con una misión o meta pro-social. Estas actividades pueden ser de
cualquier tipo de disciplina, ya sea ciencias, ciencias sociales, artes,
deportes, escritura y comunicación, entre otras.
Las actividades extracurriculares mejoran
el desempeño académico del estudiante.
Generalmente,
se asume que la participación en actividades extracurriculares tiene un impacto
positivo en el estudiante; sin embargo, muchos piensan que, de hecho, estas
actividades pueden afectar el desempeño del estudiante de manera negativa
debido a los conflictos con el tiempo que se debe invertir y por el choque de
horarios. En este tema, estudios como el de California
State University, Sacramento en 2009, revela que los estudiantes que
participaban de actividades extracurriculares presentaron un índice más alto de
permanencia escolar y de graduados, además, estos estudiantes obtuvieron
promedios de calificaciones más altos.
Estudiantes que participan de
actividades extracurriculares tienen un mejor comportamiento dentro la sociedad
Una
publicación de la Universidad de Nevada, la cual recopiló información durante
toda la década de los 90, sobre diversos autores y estudios acerca de la
participación de jóvenes en actividades extracurriculares, revela que la
juventud que es partícipe de este tipo de actividades es menos propensa al
abuso de substancias, a abandonar la escuela, tener mal comportamiento y
cometer actos delictivos. Obviamente, hay muchos factores que modelan la
conducta de un estudiante, sin embargo de alguna manera los estudios revelan
que la participación en actividades extracurriculares influyen positivamente en
la conducta que desarrolla el estudiante. Los investigadores dan diversas
explicaciones al porqué de este positivo fenómeno: y es que mientras unos
autores afirman que el joven que participa de estas actividades aprende
importantes habilidades que los ayudan en otros ámbitos de su vida, como lo es
el caso de el liderazgo y del trabajo en equipo; otros autores, simplemente
opinan que al ocupar el tiempo libre o de ocio en alguna actividad no les da la
oportunidad a los estudiantes de desarrollar un mal comportamiento. También es
cierto que ese ambiente social influye de modo positivo en los valores de la
juventud debido a la cultura de la actividad y a las experiencias que le
permite vivir al estudiante.
¿Cómo saber si la actividad de la cual
participa el estudiante en verdad vale la pena?
Según
la Universidad de Nevada, hay signos característicos que hacen de una actividad
una buena actividad, como lo son:
- Que
el joven sienta que es parte de un grupo o de algo especial.
- Que
el joven tenga la oportunidad de desarrollar relaciones con los adultos y
compañeros pro-sociales.
- Que
el programa tenga metas que estimulen al joven y al equipo a alcanzar grandes
cosas, teniendo reglas que mantengan al estudiante con una conducta aceptable.
- Que
el joven pueda tomar roles de liderazgo.
- Que
el programa sea apropiado para la edad de los participantes.
- Que
el programa involucre a padres y compañeros.
Sin
embargo, lo más importante es que la actividad sea divertida y atractiva para
los estudiantes.
El verdadero “estudiante modelo”.
Las
actividades extracurriculares pueden estimular al estudiante a tomar sus
propias decisiones, y ayudarlo a obtener experiencias y habilidades que lo
lleven por un camino correcto en su futuro. Por esto, es de vital importancia incitar
al estudiante a participar de actividades extraescolares con la cual puedan
ocupar los tiempos de ocio, así evitaremos problemas sociales a futuro como lo
son la delincuencia y la drogadicción.
Y
es así, como los estudios son necesarios e imprescindibles para la superación y
desarrollo social del alumno; la participación en actividades extracurriculares
es el complemento esencial y fundamental para que este desarrollo se dé en una
manera integral. El verdadero “estudiante modelo” será aquel que no solo
sobresale por su impecables calificaciones, sino que además destaca con su
talento dentro de alguna actividad extracurricular.
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